El 2021 ha sido para la Clínica y todos quienes trabajamos en ella, un año de desafíos como gestionar el funcionamiento de la clínica en un entorno de COVID-19; afrontar las restricciones de espacio generadas por los aforos, lo que nos obligó a remodelar el piso 4 en tiempo récord; tuvimos fiscalización del Seremi lo que nos implicó disminuir significativamente nuestra capacidad de atención, situación que aprovechamos para realizar una actualización tecnológica de las consultas; y durante el presente trimestre hemos tenido que someternos como clínica a un nuevo proceso de acreditación, el cual se encuentra en curso y esperamos tener un resultado favorable.
Adicionalmente hemos realizado inversiones y actualizaciones en tecnología médica como IOL Master 700, Pentacam, Oculus Keratograph, Pantallas Optotipos y unidades Oftalmológica, con el objetivo de apoyar y facilitar el trabajo de nuestro cuerpo médico y tecnólogo en la atención de nuestros pacientes.
Desde el punto de vista de las personas que trabajan en la Clínica nos planteamos como prioridad mantener la empleabilidad de nuestros colaboradores, situación que hemos logrado cumplir, evitando vernos afectados por los impactos generados por la pandemia.
Por último hemos logrado recuperar los niveles de actividad de la Clínica que se vieron fuertemente impactados durante el 2020, lo que nos permite proyectar un cierre de año parecido al 2019. Sin embargo, proyectamos un 2022 complejo, con incertidumbres regulatorias para el sector salud y se proyecta una economía que debiera enfrentar una desaceleración producto del sobrecalentamiento de la economía y el retiro de los estímulos monetarios masivos.